Ex empleados de la Dirección de Diversidad e Inclusión, que aseguran que fueron despedidos sin causa, se manifestaron hoy afuera de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán para reclamar que fueron 23 las personas del colectivo LGBT desplazadas de sus funciones y que, además, tienen dos meses de salario adeudado.
“Germán Alfaro me dejó sin trabajo y desarmó la Dirección; corrió a toda la comunidad LGBT”, dijo a LA GACETA Sara Lía Romano, quien solía estar a cargo de la oficina. En su caso, asegura que el intendente la acusa de “trabajar para la oposición”, motivo al cual le atribuye su despido.
“Dice que tiene pruebas y grabaciones y no es así. Le dije que me las muestre pero no me quiere atender. Cómo puede decir eso si estando con dengue fui a trabajar, si dos días antes de las elecciones falleció mi papá y lo mismo estuve”, aseveró la ex empleada.
Explicó que todo empezó semanas atrás y contó: “Hace como dos semanas nos llamaron a todos los directores (de las áreas que pertenecen al Municipio) diciendo que, por cuestiones de presupuesto, nos daban 10 (empleados) a cada uno (para su pase a planta permanente)”.
Seguido a eso, “a la tarde, me llamó enojada la senadora Beatriz Ávila, diciendo que nos pusimos a decirle a todo el mundo que íbamos a dar contratos y que por eso ya no le quedaban”, continuó diciendo.
“No se hizo nada”
Así fue como, días después, llamaron a Romano para firmar su destitución. “Me dijeron ‘tiene que firmar esto, usted queda sin función en la Dirección’, cuando el contrato tenía que ser hasta noviembre”, reclamó. Y lo mismo ocurrió con los otros 22 empleados de la oficina.
“Somos 23 personas que en toda su campaña lo acompañamos y ahora quedamos sin trabajo. Estoy desilusionada, duele esa discriminación y que nunca hayamos podido tener un diálogo”, agregó la mujer.
La ex directora repitió que ella cumplió con sus tareas desde que empezó a trabajar en el área, en 2014, aunque no siempre tuvo acompañamiento. “Yo cumplí con mi rol, pero puedo mostrar altos de expedientes rechazados; nunca me permitieron hacer nada por la Dirección”.
En este sentido, añadió: “Si Rossana Chahla (por ser la intendenta electa) tiene que pedir (informes de) qué gasto tuvo la Dirección, desde ahora digo que jamás tuvo. El otro día vi que pidieron mercadería de no sé qué monto y nunca me dieron nada. Al contrario, sacaba de mi bolsillo o pedía a otra Dirección para tener algo para atender a la comunidad”.
Más críticas
Romano extendió su descargo y aseguró que, mientras tanto, en la oficina se puso “a gente del entorno (de Alfaro) en planta permanente, que nunca trabajó y que entró hace tres meses”. “Fuimos usados para decir que había diversidad. La Dirección podría haber seguido muy bien y no nos hicieron valer”, juzgó.
Asimismo, Aldo Rodriguez, uno más de los ex empleados, comentó que la oficina quedó sin pagarles dos meses de trabajo. Según dijo, el mes pasado les habían asegurado que les pagarían el sueldo de junio, en julio. Sin embargo, hasta ahora no habrían recibido el pago por ninguno de los dos meses mencionados.
La otra cara
Una posición en contrario fue la que tomó Carlos Ale, secretario de Desarrollo Social y Cultural, que aseguró que la Dirección “no se desarmó y sigue funcionando dentro del área”.
Manifestó estar seguro de que, más allá de los despidos, hay gente trabajando en la oficina. “Siempre se hace una evaluación de los casos puntuales para renovación, pero la Dirección sigue funcionando correctamente”, dijo.
Además, el trabajador comentó que podría tratarse de “una cuestión política”. “Quizás son empleados que están identificados con ellos (por los funcionarios) en ese aspecto, que tenían funciones específicamente políticas”, especuló.
Ale indicó que son 10 las personas que continúan trabajando en el espacio. Sobre el caso particular de Romano, se limitó a decir que “podría ser una funcionaria política que tenía personal político a su cargo”, aduciendo que de ahí surge el despido en cadena.